FRAGMENTOS DE CRISTAL (III)
Mamá me dijo que de joven anhelaba un hogar; uno donde el techo le sirviese de refugio ante días de lluvia, una cama para reposar la espada después de arduos días laborales, donde el agua no faltase y la comida tampoco.
Tiempo después, volvimos a conversarlo. Me respondió que después de crecer mis hermanos y yo, quedaron los recuerdos cuales raíces de un árbol arraigado al jardín de quintal.
Me ha regalado un consejo.
Más que un consejo, parecía una petición antes de partir. Quería regalarme todo su conocimiento. Que acto más valiente de amor; regalar tus perspectivas. — Querida, si alguna vez tienes una casa y sientes que algo le falta, dedícate a estar en ella. Aún después de pagarla o de habitarla, no dejes de cuidarla, de hacerle cambios.
Años después, entendí que no sólo hablaba de materializar. Por el contrario... me sugería humanizar.
Echo de menos mi hogar.
@anindeleble
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