Cristal


Unas palabras. Solo unas palabras percibi, fueron menos de cinco palabras:

"Hija, respira. Te irá bien"

Todos los que me  acompañaban aquella noche tenian verdaderas intenciones de verme triunfar, pero sobretodo, de apoyarme. Nuevamente entendí, entre tantas oraciones, una voz calma. Está vez seria mi tia:

"¿Y qué hacen en estos casos?" A lo que mi hermana Perla respondió: " Solo la dejamos ir, inhalar y exhalar a solas". También oí a mi hermano Miguel susurrar continuando la respuesta de mi hermana: "Si la abrazamos se rompe en llanto. Corazón de cristal el de Thania".

Oirlos me transmitió orgullo. Cuan recíproco fue el amor; la forma en la que nos cuidamos... "Cuanto los voy a  echar de menos" expresé en medio de un sollozo. Pense, soñe, dudé, lloré, rei, grité para llegar a aquel aeropuerto; lo quería, sobretodo, lo necesitaba. <<Me habría gustado estar con ellos en la experiencia>>. Fue entonces que comprendí lo que sucedia esa noche.

Dejaba mi cuerpo en un país, para volar a otro, buscando una perspeciva de la vida que probablemente no habría hallado en donde estaba. Siendo oruga podia ver las estrellas, habitar en tantas macetas quisera, estar con mi familia. No soy budista, pero <<Anicca>> era la palabra que mejor describia mi noche. Era hora de volar alto, atravesar un arco-íris, conscientizar que podia ser la presa de alguien y a su vez saber que nadie se salva de ello. Ninguna especie. Algun dia volaria con mi familia, quienes aún volando juntos, sentirán individualmente lo que es mudar de piel.

Sentia como las alas atravesaban mi piel. Dolía. Cambie el foco de vista. A mi alrededor habian más de tres grupos de familia. Mi pecho se aceleraba, sentia el impulso de  abrazar a todos, hacer del aeropuerto un lugar de oratoria, hacerles saber que irian a estar bien, que por más que echemos de menos a nuestra família, los que estamos solos en el vuelo estaremos juntos.  No lo hice. Recordaba a mi padre repetir mil veces (no llegué a contarlos, eran más de mil) "No conoces la vida, hasta que te toca vivirla. ¡Llamenme terco, pero ya lo sabran! Puede que esto que digo sirva, como puede que no. Si no les sirve, ¡Bienvenido al parque de la terquedad!" Mi padre, todo un personaje.

Dejé que cada quien atravesara la puerta. También era mi turno.

Aquellos abrazos no eran diferentes, me alegraba saber que el amor que sentía por cada persona que estaba ahí lo había vivido antes. Subí el rostro y elevé mi voz: "todo saldrá bien, hasta pronto. Les amo con cada parte de mi ser, esta y las siguientes noches de mi vida. Gracias por acompanarme y apoyarme" sonrei y me retiré...

En mis manos habia fecha para regresar.
No era más que una táctica que muchos conocen para emigrar.

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